Seguramente muchos padres de niños pequeños buscan cada verano en Internet qué manguitos son mejores para los niños en las piscinas, o qué tipo de flotador es el más adecuado para que sus hijos aprendan a nadar sin correr el riesgo de sufrir algún percance en el agua. Y si eres uno de esos padres cuyos hijos van a estar pronto en contacto con el agua, quizá te haya sorprendido el título del artículo: no has leído mal, te vamos a explicar por qué tus hijos no deberían usar manguitos y flotadores en la piscina… si lo que quieres es que aprendan a nadar.
Poca movilidad en la piscina
Ante todo, has de tener muy en cuenta que cuando un niño se está bañando en una piscina no se puede relajar la supervisión sobre él por el simple hecho de que lleve flotador o manguitos: es cierto que muchos padres se sienten más seguros protegiendo a sus hijos con estos elementos, pero éstos no son mágicos. Si hablas con varios padres, seguro que alguno de ellos ha tenido alguna mala experiencia con un flotador que se ha dado la vuelta o que era demasiado grande para el cuerpo del niño, o con unos manguitos que se han pinchado o se han salido en mitad del baño.
No son buenos profesores de natación
Los manguitos y los flotadores son un buen suplemento para mantener seguro al niño en la piscina, pero no pasan de suplemento: aunque tus hijos lleven manguitos y/o flotador, no debes apartar la vista de ellos en ningún momento, ni mucho menos dejarles solos en el agua.
Pero si lo que buscas de los flotadores y los manguitos es que con ellos tus hijos aprendan a nadar sin correr riesgos, has contratado al peor profesor de natación que podías encontrar: estos elementos le dan al niño poca movilidad en el agua, por lo que nunca aprenderá a nadar debidamente si no puede desenvolverse bien en el agua.
Entonces, ¿cuál es el mejor elemento con el que tus hijos pueden aprender a nadar libres de riesgos? No te pierdas el siguiente artículo.