Una de las mayores ventajas de la temporada estival es el hecho de poder disfrutar del buen tiempo y esquivar el calor del verano si tienes una piscina en tu jardín. Pero el verano tiene muchos inconvenientes y algunos de ellos tienen que ver con el adecuado disfrute de tu piscina: las plagas de insectos pueden ser un verdadero incordio a la hora de pasar un buen rato en el agua. Es muy difícil evitar que los insectos alcancen el agua por mucho que queramos evitarlo, pero siempre podemos tomar precauciones o intentar poner algún remedio para que estos insectos no acaben chapoteando con nosotros.
Alejar a los insectos de la piscina
Cuando estamos cerca de una piscina los insectos más comunes que aparecen son las abejas, avispas, chinches remeros o barquerillos, entre otras plagas. Las abejas y avispas no duran demasiado tiempo bajo el agua una vez que han caído, pero tienen el gran inconveniente de que pican, al igual que los chinches remeros. Un correcto mantenimiento de la piscina favorece a que la aparición de insectos sea menor y que simplemente tengamos que quitarlos con una red. La instalación de un clorador salino es también una buena forma de evitar que las plagas se queden a vivir en nuestra piscina, y además no necesitan una constante atención por tu parte.
Tener una buena red de filtros es primordial para mantener una adecuada limpieza de la instalación de nuestra piscina. La opción de colocar trampas para insectos puede ser muy útil si la cantidad de bichos que aparecen en el agua se empieza a intensificar, o si quieres recurrir a algo más drástico, puedes aumentar la cantidad de cloro en los días más calurosos. Incluso un dosificador anti insectos en piscina puede venir bien para estos casos.
En cualquier caso, una opción que es efectiva siempre para evitar que insectos indeseados se paseen por la piscina mientras tú no estás es cubrirla, pues así evitarás que se ensucie por las noches, por ejemplo, o que los insectos que han estado pululando por allí dejen sus larvas en el agua.